5 de julio de 2010

Los empeños de una monja


Los empeños de una monja. Juana Inés de la Cruz
Carmen Perilli
El 12 de noviembre se ha cumplido un nuevo aniversario del nacimiento de Juana Ramírez y Asbaje en una hacienda de Neplanta, México[1]. Su silueta domina el horizonte de la ciudad letrada colonial latinoamericana. Un fenómeno, una ave rara: una mujer dominada por “el vicio del saber” que escribe por oficio y por placer, un monstruo que produce letras. No hay escena más impactante que la narración hecha por su primer biógrafo, Diego Calleja, cuando la joven enfrenta los doctores en la Universidad de México ”no cabe en humano juicio...que a la manera de un Galeón Real...se defendería de pocas Chalupas que le embistieran, así se desembarazaba Juana Inés de las preguntas, argumentos y réplicas, que tantos, cada uno en su clase, le propusieron”. El primer tomo de sus poesías- Inundación castálida, la nombra la“décima musa”. Es asombroso el caudal de recursos con los que desestabiliza el saber de la época y sortea la censura: el camuflaje, la alegoría, el disfraz, la parodia, la mímica. Su vida transcurre entre la corte y el convento.Este espacio de incertidumbre es en muchas de las obras de Sor Juana un lugar de desaliento y dislocación ya que carecer de estado significa no existir como persona. La vida de la corte le proporciona una retórica; los valores aristocráticos incluyen el merecimiento, el obsequio, la fortuna, la fineza y el acaso todos valores ajenos a nosotros- dominan la escritura.” Ceremonia es, más que adorno,/ este disfraz tan usado,/ vinculado a los festines/ cortesanos de Palacio”( Amor es más laberinto. Sus ansias de independencia y su escaso patrimonio y su origen bastardo la llevan a tomar los hábitos”¿Hay cosa como saber/ que ya dependo de nadie,/ que he de morirme y vivirme/ cuando a mí se me antojare” . Logra entrar al claustro sin romper relaciones con la corte, pero encuentra una rígida separación entre el mundo masculino y femenino -.”yo no entiendo de esas cosas;/ sólo sé que aquí me vine/porque, si es que soy mujer,/ ninguno lo verifique”El poder virreinal la protege y la ciudad letrada la ensalza. El arco de 1680 es una de las pruebas de su aceptación de las reglas. Supo apoyarse en las mitologías para hablar a la comunidad ilustrada y tomó la voz de negros e indios en los villancicos. En cada una de sus posiciones en la escritura da lugar a una intervención con determinada serie de reglas y, frecuentemente, se trata de una intervención desestabilizadora, ya sea porque la voz que habla es de mujer e imita las convenciones hasta parodiarlas o porque elimina las reglas del juego, la distinción del sexo, destruyendo así la asociación aparentemente natural del varón con el poder. por medio de personajes alegóricos , máscaras necesariasLa Respuesta a Sor Filotea contiene sus argumentaciones sobre la condición de las mujeres, en respuesta al obispo Santa Cruz quien bajo el seudónimo ha criticado su intervención en cuestiones teológicas. Emplea la negación y el silencio para afirmar la neutralidad del espacio del conocimiento. Sor Juana se diferencia, a través de la afirmación autobiográfica, de la historia de vida por mandato, común entre las monjas místicas adoptaba la forma de una hagiografía. Ludmer habla de “tretas del débil” :saber y decir se presentan como campos enfrentados, no simultáneos. La monja se pinta con los ropajes de la humildad” : “Y, a la verdad, yo nunca he escrito sino violentada y forzada sólo por dar gusto a otros ...nunca he juzgado de mí que tenga el caudal de letras e ingenio que pide la obligación de quien escribe”. Por un lado dice que entró en religión para "sepultar con mi nombre mi entendimiento sacrificárselo sólo a quien me lo dio'', pues había pedido a Dios que le quite la inteligencia, "dejando sólo lo que basta para guardar su Ley, pues lo demás sobra, según algunos, en una mujer y aún hay quien diga que daña''. Pero luego afirma otra cosa -que está en el convento por la "total negación que tenía al matrimonio". Escribe que calla, estudia y sabe; narra su historia como historia de sus ansias de conocimiento-“y podía conmigo más el deseo de saber que el de comer”- En la primera escena cuenta cómo engañó a la maestra y guardó silencio ante la madre . El silencio es resistencia frente al poder del otro: la madre, el Obispo, la Inquisición. El movimiento consiste en despojarse de la palabra pública y su no decir disfraza una práctica prohibida. Juana decide entonces que el publicar, una exigencia que proviene de los otros, punto más alto del decir ,no le interesa. Cubre de silencio el campo del saber; escribe sobre el silencio femenino. Refugia en la esfera privada la palabra femenina y la constituye como zona de la ciencia y de la literatura negando la división sexual. Siempre es posible tomar un espacio desde donde se puede practicar lo vedado en otros. Los espacios íntimos se constituyen en punto de partida para discursos y prácticas prohibidas. .“Pero qué os pudiera contar, señora, de los secretos naturales que he descubierto estando guisando? ...Y yo suelo decir viendo estas cosillas: Si Aristóteles hubiera guisado mucho más hubiera escrito”.Es difícil librarse de los “silogismos de colores” con los que la historia y la crítica ha cubierto a Juana Inés. Ella misma era conciente de ellos cuando planteaba “Y diversa de mí misma/entre vuestras plumas ando/no como soy, sino como / quisisteis imaginarlo”: Esas plumas que, según Glantz, la han mostrado como musa y sibila y, sobre todo como monstruo, llevando que como a su personaje Leonor, “era el admirable blanco/ de todas las atenciones, / de tal modo , que llegaron/ a venerar como infuso/ lo que fue adquirido lauro”. Su lamento es doble “En perseguirme, Mundo, ¿ qué interesas?/¿En qué te ofendo, cuando sólo intento/poner bellezas en mi entendimiento / y no mi entendimiento en las bellezas”. Según Borges los poetas agregan cosas al mundo. Sor Juana nos ha legado , a pesar de la mitología; a pesar de su propia firma ”Yo la peor de la peor” , algunas de las más bellas construcciones de la literatura universal.
Juana Inés de la Cruz, Obras Completas, Ed A.Méndez Plancarte, México:FCE, 1957..Jean Franco, Las conspiradoras, México: FCE, 1987.Margo Glantz, ¿Hagiografía o Autobiografía?, México: UNAM, Grijalbo, , 1995.-------------, SorJuana : la comparación y la hipérbole, México: CONACULTA, 2000Irving Leonard, La época barroca en el México colonial, México:FCE, 1976-Josefina Ludmer, ”Las tretas del débil” en La sartén por el mango, Puerto Rico: Huracán, 1985.Octavio Paz, Sor Juana o las trampas de la fe, México: FCE, 1983.
Publicado en “La Gaceta Literaria” ; La Gaceta de Tucumán.

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